El día de hoy, 3 de Octubre, cumplió años mi Güera…mi mujer…la persona que me ha acompañado ya durante casi 30 años, si tomamos en cuenta desde la época de novios. Fue un 22 de abril de 1981 que empezamos a andar el camino juntos…con mucho miedo, pero con mucho entusiasmo por ver si era el mismo camino que queríamos andar. No voy a hablar de nuestra vida juntos, me reservo a las fechas acordes por aniversarios y demás celebraciones. Quiero hablar de lo que ha representado la celebración de hoy, sumándola al festejo de ayer, sábado, que fue el día en que dos personas muy queridas por la Güera, cumplieron años juntos: Adolfo y Sarita Margulis Noriega.

¿No es hermoso?

Este año fue muy importante para ella, que pudiera celebrar junto a ellos, el sábado y junto a todos sus hermanos hoy, domingo. La celebración del cumple del 2010 ya es especial para ella, porque se juntaron tantas cosas buenas, como el hecho de poder asistir a la fiesta de sus niños queridos. La invitación que ellos nos hicieron para ir al festejo, fue inesperada para la Güera, pero la recibió con tanto gusto, que pensé que iba a llorar y llorar todo el tiempo. Hacía mucho que no veía a mi mujer tan motivada para ir a una fiesta. Tenía tantas ganas de ver a su niña, Sarita, ahora en sus 15 años, que ya se ve como toda una señorita. Linda y con una sonrisa tan franca y abierta, que aun demuestra esos pocos años y ese gran candor de su edad. Adolfo ya lo habíamos visto desde una semana antes, como todo un caballerito, hecho y derecho, amante del cine y con una gran actitud, sabiendo su edad, pero demostrando que tiene un lugar en el mundo y puede opinar sobre él. La pachanga fue de baile y sonrisas, pero llena de amor y alegría, por parte de su madre, Ana María y los invitados. La Güera disfrutó de nuevo a sus niños «adoptados» mientras duramos en el festejo. Gracias por la invitación y por el cariño demostrado a Bárbara, que una vez mas demuestra que con los niños tiene magia y hace maravillas.

El día de hoy pareció ser el domingo mas normal del mundo, pues la Güera hizo lo que le encanta hacer: ir a Jamaica a comprar las frutas de la semana, a traer una que otra planta y almorzar unos sopes deliciosos de la Álamos. En ese lugar le tenían una sorpresita, pues no le cobraron nada de lo que comieron ella y mi hija y, además, me mandaron los míos. Venían mas sorpresas pues resulta que hacía mucho tiempo en que los hermanos de mi mujer y su mami no se habían podido reunir todos desde hace tiempo…solamente faltaron Melissa y el Mau chico, que se quedaron en Cancún, mientras su papá viajaba por cuestiones de trabajo.  La celebración tuvo otra diferencia, porque llegó uno de los primos mas cercanos, con toda la familia: Eduardo, Yola, Carolina y Lalito. Todo esto se vivió en un día en que, por fin, el Cruz Azul pudo quitarse esa hegemonía malignamente llamada «paternidad», que el América había logrado durante 16 partidos de liga, casi 8 años de que el equipo azul no podía ganarle a uno de sus rivales mas fuertes. El día se vivió muy distinto, pues la Güera pudo disfrutar a toda su gente cercana en un ambiente lleno de armonía. Abundaron las risas, los recuerdos, el presente y futuro de todos fueron las preguntas mas recurrentes. Los cotorreos de todos contra todos, recordaban los tiempos del «serpentario» y las comidas de la foto, momentos familiares que se recuerdan por el cariño hacia quien se preocupó por tener a la familia reunida en esas comidas, que se organizaban en la casa de la abuela de la Güera y que yo pude disfrutar durante muchos años. Gracias por todo eso, Güichita y Don Miguel, hoy nos vinieron a visitar en nuestras mentes y en nuestros corazones.

Lindas celebraciónes, llenas de buena vibra y mejor espíritu. Entre los seres humanos es importante que esos sentimientos generadores de armonía, nos ocupen mas que los que pueden generar hostilidad. En las ciudades como las que vivimos, necesitamos llenarnos de mejores sensaciones y acostumbrarnos a ellas para sentir que la vida es más que simplemente pasar por ella. Debemos ocupar nuestros pensamientos en ser mejores día a día, atrayendo seres en comunión con nuestra visión optimista y renovada. La sonrisa es un arma muy letal en estos días, pues las personas no están preparadas para actuar frente a los demás, si estos están sonriendo franca y abiertamente.

Parece que hoy el tema me ha puesto mas sensible y es posible que eso haya pasado, pues me gusta ver que la gente platique sin problema y hoy pude comprobar que puede pasar, aun en estos tiempos de tanta violencia. La gente quiere volver a esos tiempos, donde podía salir a caminar, a andar en bicicleta, a comer con la familia, sin sentir que alguien nos puede lastimar….quiere sentir que las personas encargadas del estado están haciendo su trabajo y nos pueden dar la seguridad que anhelamos y merecemos. No tiene sentido el estado si no puede otorgar una de las premisas principales de su existencia.

Sólo recordemos que ayer, sábado 2, fue el 42o. aniversario luctuoso de una de las acciones mas intolerantes del estado, cuyas consecuencias hemos sufrido durante este tiempo. Que en esa acción le dieron muerte a los sueños de muchos jóvenes, mujeres y niños, así como a personas que querían compartir el sueño de los muchachos, pero que eran simples espectadores. La intolerancia ganó esa batalla, no dejemos que gane ninguna otra. No permitamos que en nuestra vida pueda existir ni una sombra de ella. Luchemos por la libertad sin invadir la libertad de otros. Aprendamos a manifestar nuestra oposición de manera decente, sabiendo que entre los seres humanos es importante respetar el espacio vital de las personas a nuestro alrededor.

—————————————–
Perdonen siempre a sus enemigos,
pero nunca olviden sus nombres.
—————————————–