Hola Mundo! Hoy sigo triste, pero creyendo en mi equipo, espero que le den continuidad al grupo. Gran campaña y emociones. Debemos seguir apoyando el trabajo honesto de Enrique Meza. Ya llegarán las nuestras muy pronto. Arriba Cruz Azul!!!

¿Alguien puede distraer al perrito?

Esto escribí en el Twitter hoy, domingo, y de esta manera empiezo mi blog de la semana, donde las emociones me han ocurrido como en tobogán; y no solamente hablo de futbol, en general las emociones en esta semana han venido sucediendo con unos sube y bajas espantosos. Desde las emociones encontradas en dos Asambleas de la A.N.D.I., entre compañeros artistas, que no siempre nos caracterizamos por ser artistas y nos lanzamos con nuestros instintos mas bajos a denostar lo que hacen otros, sin dar oportunidad a que los «demás» tengan razón en sus propuestas y solamente sean válidas las nuestras. Aquí cabría un pedazo de la canción de Alberto Cortez sobre los demás:

Es lamentable que los humanos sigamos caminando por la vida como animales carroñeros y que continuemos alimentandonos de las caidas de los demás. Debemos aprender de nuestros errores, pero para mejorar, no para hacer caer a los que tenemos arribita de nosotros. Hay que ver que traspiés tienen los demás, para no cometer esas equivocaciones, no para bailarles encima, disfrutando de esa «derrota» que la vida le dió a esa persona. Necesitamos salir de la cubeta cangrejera, apoyando a quienes quieren destacar por méritos propios y con su propio talento. El egoismo no es el mejor de los detonadores para salir adelante, porque siempre nos dejará a expensas de lo que hagan los demás para movernos…y si nadie se mueve, no lo haríamos nosotros, tampoco. Hay que avanzar solos y sin mas motivación que el salir adelante, mejorando nuestro nivel, siendo en todo momento un «profesional» (ver la entrada: «Profesionalismo» en este mismo blog) y un ser comprometido con nuestro entorno.

Continuando con la montaña rusa de las emociones, les contaré que mi carrera se caracteriza, precisamente, por eso…trabajamos con esas emociones todo el tiempo; pero no solo hablo de las emociones con las que alimentamos a nuestros personajes para hacerlos creibles y veraces ante los ojos de nuestro público…también hablo de las emociones que pretendemos conseguir en esas personas que nos ven y viven las historias que les contamos…de las emociones que siente la gente que tuvo la gentileza de escoger nuestro trabajo como parte de su entretenimiento y siente lo mismo que los personajes, sufriendo todo lo que la dama joven vive en su día a día, esperando a que el «príncipe azul» llegue, montado en su elegante caballo (BMW o Jaguar de nuestros días) y la saque de las miserias que la vida le depara.
Muchas veces hacemos nuestro trabajo pensando solamente en el personaje y en la historia, pero no podemos olvidar a esas personas que están frente al televisor, o en la butaca del cine o del teatro, o escuchando la radio, imaginando la forma física de esos personajes; el pensar en el público nos obliga a no traicionar a la historia o al personaje, porque existe esa obligación en nuestro «convenio» con la gente, de defender esa personalidad y el carácter que le hemos inventado. La audiencia es la otra parte importante del medio, pues sin ellos, no habría medio (espero que me hayan entendido….y me explican, ¡por favor!…porque me metí en camisa de once varas…y ya no hay de esas…o sea, no hay soporte técnico para esas camisas). Por eso cuando nos invitan a celebrar por el alto índice de audiencia que hemos tenido con la telenovela «Teresa», festejamos alegres, porque nos ponemos a pensar en que ha sido esa solidaridad con nuestros personajes y con la historia en sí, la razón por la que la gente responde inmediatamente con aceptación. No es el descubrimiento del siglo, pero siempre es bueno recordar estas pequeñas grandes cosas que nutren el trabajo diario de las personas comprometidas con su trabajo. Y esta práctica tampoco es exclusiva del medio artístico, pues si todos pensamos en que afectamos a la gente a nuestro alrededor, haremos una labor mas eficiente en cualquier trabajo que desarrollemos.

El futbol no es ajena a lo que estoy hablando, aunque sea totalmente un negocio, pues si los directivos no escuchan la opinión de sus seguidores, que son quienes apoyan las decisiones de ellos, no anexarán a mas apasionados a su equipo. De los fanáticos se alimentan las arcas de esos equipos, pues no hay ni uno de ellos que pueda subsistir solamente con los apoyos económicos de sus patrocinadores o de los derechos de TV. Los estadios deben llenarse, como en Europa o Sudamérica, para continuar la labor de quienes armaron el equipo en sus inicios; gente que con amor creó de la nada algo que a la larga se convirtió en una institución deportiva. Mi equipo es el Cruz Azul y me motiva mucho verlo en cada juego, pues sufro y gozo con él. Mi semana es mejor si el Azul gana…y por el contrario, mi día se convierte en algo amargo cuando perdemos. No es una cuestión de vida o muerte, como muchos me confortan, creyendo que son las mejores palabras adecuadas para calmar esa pena, pero mi pasión es verdadera por mi equipo y no creo que sea algo malo, como una persona me escribió, diciendo: «no seas tan apasionado». Claro que soy apasionado, no veo la vida de otra manera…claro que me entristezco si perdemos…y claro que soy el mas feliz del mundo cuando ganamos…es parte del deporte y de mi afición futbolera. No le veo nada de malo en ello; pero toda esta pasión y entrega y compromiso por mis aficiones, no me ciegan al grado de convertirme en un desalmado que se atreve a golpear a quienes no sienten lo mismo que ellos. No he llegado a la barbarie por mi pasión, porque soy gente pensante y no permito que mi «calentura» domine sobre mi «intelecto»(y miren que de esto no hay mucho, pero el poquito que tengo, me basta, por ahora). De eso se trata la virtud, de vencer tus vicios y pasiones desbordadas por medio de la cultura y la inteligencia, que no son lo mismo.
Si seguimos permitiendo que la barbarie siga asistiendo a los estadios, cada día tendremos menos público en vivo viendo los partidos. Menos chiquillos asistirán al enorme placer de ver un partido en el lugar de los hechos, que es como mas se disfruta el deporte. Habrá menos familias gozando de las emociones que nos trae continuamente el fut o el deporte que mas nos gusta. No le demos la espalda a las soluciones, comprometamos a los empresarios del deporte a que esas barras, porras o bárbaros, vayan cambiando su actitud de intolerancia ante quienes no comparten su afición; a que no apoyen mas las políticas que siguen esos mal nacidos, que viven en la impunidad que les da la turba. La pasión es bienvenida, siempre que vaya acompañada de objetividad.

Mi equipo favorito de futbol seguirá siendo el Cruz Azul y lo que pasó ayer, puede no tener mas explicación que no fue nuestra mejor tarde…nos pasó como a los toreros, que siempre tienen tardes complicadas. Creo que debemos apoyar el trabajo de Enrique Meza, un profesional comprometido con la institución cementera…no soy de los que gritan que el «Ojitos» debe irse. Se ha trabajado con mas seriedad que en las épocas pasadas y los resultados que queremos los aficionados vendrán pronto, pues estamos en el mejor camino para conseguirlo. Y sin afán de disculpa, pero siendo objetivo, me surgen muchas preguntas, como:

¿Saben cuántas veces se lastima en un juego Torrado?
¿Hay forma de dañarse como le pasó a Alejandro Vela en el partido?
¿Horacio Cervantes madurará pronto?
¿El de ayer sería el peor partido en la vida de Gonzalo Pineda?
¿El mejor defensa central novato volverá a subir la mano dentro del área?
¿La suerte del campeón, tiene fecha de caducidad?
¿Deberemos importar jugadores como el sudamericano Juvenal Gasdiste?

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Yo se que 2 + 2 son 4….pero hoy, ¡¡¡me da un coraje!!!
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