Bonfiladas Secundarias


En estos avatares de la vida, siempre pensamos en las cosas primarias, primordiales, importantes, básicas, etc….pero nadie piensa jamás en las cosas secundarias, ¿verdad? Nadie piensa en lo menos importante, porque lo importante es tan iluminado, que nos deslumbra…como dice el pensamiento de Héctor Gagliardi sobre el padre, que en una de sus estrofas dice:

«Los hijos nunca analizan el sentimiento del padre, porque el brillo de la madre es tan fuerte que lo eclipsa, sólo le hacemos justicia cuando nos toca vivir a nosotros su problema.»

¡Felicidades, Papás!

Y este pensamiento tiene mucho que ver con estas Bonfiladas Secundarias, porque hay cosas que uno trae a la mente como algo secundario…el Día del Padre, por ejemplo, (por cierto, Felicidades retrasadas a todos los colegas en el Arte de la Paternidad que ayer, 19 de Junio, celebramos nuestro día en México) es un día no tan festejado o tan comercializado o de tanto fervor «Guadalupano», porque el 10 de Mayo (en México) es mucho mas importante, por razones mas que obvias. Las madres acaparan nuestra atención, porque son las madres, no son cualquier cosa…ellas nos trajeron al mundo sufriendo los dolores del parto, las molestias del embarazo y la incomodidad de crecer tanto de tamaño físico. Todo en la vida les pretende retribuir algo de lo que pasaron, mientras daban  a luz. Pero los papás….ellos, bien, gracias…solo pusieron la semillita y le ponen a la hora de pagar, pero como eso es nuestro deber ante la sociedad, no nos dan mas que las gracias y un abrazo en nuestro día…jejeje. No es queja, porque no pienso quejarme de algo que disfruto tanto, me refiero al hecho de ser padre…me divierto siéndolo y teniendo a mis «complices» preparando las cosas de la diversión y la pachanga casera. Ellos son mi motor en la vida…ellos mueven lo necesario para que las cosas cambien, cuando deben cambiar y se queden, cuando deben hacerlo. Me festejaron de forma primaria en un día secundario, por eso me siento mas que satisfecho. Gracias, hijos, gracias, Güera.

Otras secundarias

Resulta que en este fin de semana pasado hubo, de nuevo, una reunión entre amigos de la Secundaria; para los amigos de otras latitudes, son quienes estudiaron conmigo luego de los seis años de la escuela Primaria. Con ellos estuve tres años preparando el camino para terminar el bachillerato (Secundaria y Preparatoria) en la época mas sensacional de mi vida estudiantil. Esta es la tercera reunión a la que asisto y no acabo de sorprenderme de la memoria de algunos, de la falta de memoria de otros (yo me encuentro entre ellos…jejeje), por lo poco que han cambiado físicamente algunos y por lo mucho que lo hemos hecho otros.

Los niños bien portaditos.

Por el camino que nos ha tocado vivir, el sendero que decidimos transitar, por las decisiones que tomamos en nuestros momentos, buenas o malas, no importa; por la bondad con la que hemos aprendido a tolerarnos entre nosotros, por la paciencia que aflora cuando alguno de nosotros la empieza a regar, por la dedicación de muchos en reunirnos y dejarnos ver que ahora ya nos volvimos a juntar, ahora, ¡ni con agua fría nos despegan! Andamos como muéganos platicando de tantas cosas, pasado o presente, no importa tampoco, lo interesante es ponernos al día con la vida de todos. En estas reuniones me ha aflorado el alma molestona que tengo a flor de piel, practicamente a diario. Hay un espíritu de camaradería entre el grupo y una necesidad de abrazarnos de nuevo, como lo hacíamos en esos años mozos; en esos años de grandes espectativas que planeábamos nuestro futuro, sin tomarlo, aun, tan en serio. Para eso había tiempo, medida muy relativa en esa época. Era tiempo del despertar sexual, de sacar la hormona y proponer unos juegos como «Botella», «Semana Inglesa», etc. De asistir a fiestas acompañado de la chava o el chavo, según el caso, y de la manita con la pareja, conversar con los otros que nos rodeaban. Era el tiempo de ir a las visitas en camiones, e irse a la parte de atrás, escondidos, para darse besitos con la pareja. Era el tiempo de huir de la «Pelona» porque el uniforme no estaba totalmente en reglamento o porque alguien traía un espejo en los zapatos para verle la ropa interior a las niñas. Era la etapa de las primeras «pintas» a Plaza o a algún lugar mas lejano para que nadie se diera cuenta. Era el tiempo de intentar cosas de adultos, aun cuando nos faltara mucho mas tiempo para serlo en la realidad. El momento de crecer y dejar los pantalones cortos, pero no me refiero a los shorts, no…dejamos los pantalones cortos, porque habíamos crecido y ya no nos quedaban…necesitábamos pantalones de otra talla. Se crecía muy rápido y en ciudades como esta, se crece a la velocidad de la luz. Era una época en que todos sufríamos cambios de todo tipo y nada nos parecía…nuestros padres dejaban de ser los heroes y las guías monolíticas cuya palabra era la ley suprema; nos atrevimos a cuestionarlos a partir de esos años. Yo trato de hablar a nombre de todas las generaciones de estudiantes secundarios de todo el mundo, pero la verdad es que estoy muy orgulloso de mi generación y de mis amigos de entonces, que vuelven a serlo ahora.No quiero nombrar a nadie de la Generación, porque no quiero olvidar a alguno y cometer una torpeza a nuestros años.

Este ejercicio del reencuentro se los recomiendo, porque se ejercitan mucho las virtudes que vamos perdiendo en la vida: «Fuerza, Belleza y Candor», tres valores que necesitamos todos los seres humanos, sobretodo cuando vamos aprendiendo. Los seres humanos somos aprendices permanentes de las cosas de la vida. Abramos nuestros sentidos a todo lo que venga y demos gracias por tener la vida, que nos permite emocionarnos al ver a los amigos y recordar lo bueno, filtrando las cosas que eran malas en esos años, por los errores de juventud. Si no hiciste nada que fuera una desgracia para otro, no es tan malo lo que pasó, por lo tanto, puede filtrarse en la memoria y darle paso a todo lo bueno que afloraba en niños de 12 o 13 años. Algunos se han adelantado, ya nos estarán esperando para hacer la reunión mas grande y divertida. Pensemos en ellos y nos estarán acompañando en cada una de las fiestas. Espero que se nos unan mas de los desaparecidos o de los que perdimos la pista, pero que siempre estarán en nuestro corazón. Sigamos practicando la amistad, que es el mejor regalo que nos podemos dar, pues nosotros lo escogimos.

Y con esto llego al fin, pero me quedan algunas dudas, como siempre:

¿Qué es un circuito?….¿será el lugar donde están los elefantuitos, caballuitos y payasuitos?

¿Será que el mejor método anticonceptivo es el DiCaprio?….¿quedarse helado aunque la chica esté mojada?

¿En una familia numerosa, la cigüeña duerme con ellos?

 

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Iba un huevito y un tomate caminando por la calle, cuando el tomate dice:
– «Cuando sea grande, voy a ser un tomaton.» Y el huevito se puso a llorar.

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Acerca de elBonfis

Actor, announcer and system analyst. Mad about Mac's, Cruz Azul and Green Bay fan!!

Publicado el junio 20, 2011 en elBonfis. Añade a favoritos el enlace permanente. 8 comentarios.

  1. Ana Gabriela Ampudia

    Que magnífico blog Bonfis y gracias por compartirlo, por supuesto que ya estoy inscrita para poder acceder a este espacio, que además de entretenido es interesante. Gracias como siempre

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  2. Wooooooow! No pude evitar dejar escapar un suspiro, me regresé a mis calendarios pasados y pareciera que lo estaba viviendo una vez màs! Ësa época de secundaría! Aquellos años felices! Qué hermoso relato y qué forma tan maravillosa de narrar! Felicidades y también a todos tus compañeros, forman una gran pandilla! Besitos a todos! Muuuuuuuaaaaack!!!!

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  3. Amigo, Tienes razón, ya que a las amistades las escogemos… Y podemos llamar «amigo» a quien en realidad queremos en nuestras vidas… Un beso…

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  4. Respecto al comentario de los PADRES, los hay como tu y mi esposo que se merecen todo el cariño del mundo, de otros ni hablar.
    Que lindo escribes lo de tus compañeros de secundaria, yo me reuno con mis excompañeros cada año, y nos graduamos en 1981. Y tienes razón es una linda reunión. Había compañeros tremendos, calmados, buenos y malos alumnos, gordos, flacos en fin, lo típico. Pon fotografías de tus compañeros cuando estaban en el colegio para ver como lucías en esa época. Me imagino eras de los guapos y poderosos del curso…..
    Recibe un abrazote.

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  5. Me encantó, tienes buena memoria pero mejor corazón, tus palabras son muy lindas y van acompañadas de sentimientos.
    Si, sigamos haciendo el ejercicio de reunirnos, sobre todo en estos tiempos donde no hay tiempo, pero como dice Armando Rosas, debemos de recuperar el tiempo, para qu haya tiempo para derrochar.

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