Bonfiladas callejeras :(


Hola amigos…hoy este espacio se encuentra muy triste y es, en especial, por una razón que quiero contarles.

Durante mi infancia y juventud fui muy cercano a mi padre, Óscar Morelli, como supongo que lo fuimos todos quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y de tratarlo. Además de mi padre, fue un gran amigo mío, de hecho el mejor que tuve. Pero esta historia que les quiero relatar no se trata de él, en especial, sin embargo todo se inicia cuando un día de fines de los años sesenta, mi padre se apareció en casa con dos discos nuevos; uno de Joan Manuel Serrat y otro de un cantautor argentino por nacimiento, español por adopción, belga por familia política, mexicano por cariño y ciudadano del mundo por su talento y generosidad: Alberto Cortez. Hoy, 4 de abril de 2019, fallece en circunstancias «normales»para su edad y salud precaria, pero trágicas para quienes lo conocimos y supimos de su calidad moral.

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Alberto Cortez. 1940-2019. El amigo

El talante de Alberto esa noche, cuando lo vi bajar para recibirme en el lobby del hotel Imperial, cerca del centro de la ciudad de México y averiguar el por que un joven treintañero quería hablar con él, personalmente, era de verdadera intriga. Pero dejen que les platique, ordenadamente, la historia y sus antecedentes.

Como les contaba, mi padre me mostró el talento de estos dos cantautores que, desde España (sin perdones de por medio y con gran hermandad con mi país y unidos por el deseo de que la república en aquel país se restableciera) nos cantaban como juglares la obra de los poetas «prohibidos» por el franquismo, uno, y el otro, la vida de un extranjero avecindado en esa tierra maravillosa que le abrió los brazos, sin importar su origen. Origen que nos platicaba a través de sus canciones y poemas. Con mi padre aprendí que Alberto le cantaba a su patria, a su familia, a sus raíces, a sus amigos, a su esposa, al perro, a los niños (ante la incapacidad física de procrear sus propios hijos), a los poetas, a los pintores, a los músicos, a la vida, a la muerte, al amigo que por fin logra ser padre, a los locos, a la maravilla del nacer, a los egoístas, a los demás, a las formas y los fondos, a la superficie y lo profundo, al ser y no ser…al mundo y sus habitantes…a todos.

Luego de disfrutar a Alberto en forma de simple fanático de su música, surgió una gran idea de hacer un espectáculo sobre el libro de Alberto titulado Equipaje, que es de lo primero que escribió y que luego musicalizara creando canciones fantásticas. Esa idea de Eduardo Liñán y mía fue creciendo día con día, hasta lograr hacerla. Contactamos a quien nos desarrollara esa idea y la plasmara en texto, Chela Orozco lo hizo con gran tino, conociendo la forma de escribir de Alberto, el talento cantador de Eduardo y mi capacidad de interpretación actoral. Ya teníamos la idea plasmada los personajes, la forma de desarrollarla, pero ahí surgió un gran detalle (Ahí está el detalle, chatos); no teníamos la autorización para usar los textos de Alberto Cortez en el espectáculo llamado: «Mi equipaje». Inmediatamente me dí a la tarea de localizarlo en Madrid por teléfono o correo electrónico (apenas nacía la nueva tecnología). No hubo forma alguna que me respondiera ni él, ni su representante. Hice una búsqueda de los sitios que recorrerían con la gira «Lo Cortez no quita lo Cabral» y en las fechas de México, me lancé a buscar el lugar donde descansarían él y Facundo Cabral durante las presentaciones en la ciudad de México. No recuerdo bien si fue en la ANDA o en otra parte donde me dijeron que acostumbraba hospedarse en el Imperial y así y todo, hice una copia del libreto, lo engargolé y me lancé como el «Borras», decidido a que me recibiera y le pudiera dejar el libreto, además de poder platicarle el proyecto. Todo eso me animaba, pero al mismo tiempo, me daba miedo. No sabía de él mas que por su obra.

Llegué al hotel y como pude me hice oir en la recepción y logré que le llamaran a la habitación y luego de unos minutos de charla con el gerente, colgó y me dijo que el Señor Cortez bajaría en un momento. El mundo me daba vueltas y no lograba ni decir: «gracias».

Luego de escuchar mi historia, ver que traía una copia del texto y por lo visto, caerle bien, Alberto me dijo que pasara al día siguiente por la mañana a desayunar y ver lo que se podía hacer con esto…que él necesitaba leerlo para ver la posibilidad de que sí se montara o no…de hablar con Facundo, porque había una canción de Cabral en el proyecto y de lo que hubiera que platicar.

Al día siguiente, muy temprano, me fui al hotel de nuevo y ya me esperaba Alberto con una sonrisa mas enigmática que la de la Monalisa. No me surgieron grandes expectativas y mas bien me dejó frío. Nos sentimos en el restaurante del hotel, pedimos café y el desayuno y comenzó a decirme de lo que él veía en el libreto (que había leído por completo y dos veces), de las posibilidades de montaje escénico, etc., etc., etc. Fueron muchos minutos donde mi ánimo y disposición bajaron hasta el piso. Por fin, un detalle importante:

¿Sabes una cosa, Óscar? Lograr el permiso de Facundo no creo que sea necesario…la canción «No soy de aquí ni soy de allá» la han cantado muchos y tu show no es para grandes masas, mas bien es mas íntima la cosa…así que solo te dejo mi firma en el libreto para que no tengas problemas y si se aparecen los de la editorial, se las muestres y les digas que hablaste conmigo y todo está correcto.

A partir de ahí, mi sonrisa y mi alegría, junto con las risas de los dos mientras desayunábamos fueron la pauta principal de la reunión. No hablamos mas de «Mi equipaje» y se nos fue la mañana charlando de la vida, las oportunidades y tantos temas como pudimos abarcar en dos horas. Fue fantástico conocer a una persona tan generosa…a un ser humano tan transparente…a un talento enorme (por su tamaño físico y su capacidad)…a un poeta que ha vivido sus poemas…¡a todo un artista!

Esa es mi experiencia personal con Alberto…lo otro, como fan, sigue siendo maravilloso. Ahora no habrá mas cosas nuevas en el tintero, que se secará esperando la mano del autor. Las teclas del piano no se moverán mas. Los micrófonos  no captarán mas su voz. Las camisas negras no serán mas vestuario del showman y las disqueras, apuesto, editarán sus temas mas «populares» en busca de dinero seguro, porque si de algo estoy cierto, es que habemos muchos fans que seguiremos consumiendo su material.

Esas noches oyendo a Alberto y a Joan Manuel con mi papá fueron el inicio de un camino fabuloso. Ya llegó al estrellato natural de los artistas y seguro que habrá fiesta en el cielo. Son palabras llenas de amor y emoción, pero mi tristeza sigue…ya se que su obra permanece, pero cuando conoces a la gente, se hace cercana y si algo te deja como recuerdo, se añora.

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«Era callejero por derecho propio,

su filosofía de la libertad

fue ganar la suya sin atar a otros,

y sobre los otros no pasar jamás.»

…al fin de cuentas era solo un perro.

José Alberto García Gallo/Alberto Cortez

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Acerca de elBonfis

Actor, announcer and system analyst. Mad about Mac's, Cruz Azul and Green Bay fan!!

Publicado el abril 4, 2019 en elBonfis. Añade a favoritos el enlace permanente. 1 comentario.

  1. DON ALBERTO CORTEZ aprendiz de Quijote, un genio que se debe “escuchar con el corazón, para sentirlo en el alma” capaz de evocar recuerdos, sentimientos, emociones.
    Que descanse en paz.,😢

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